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3 tácticas comunes de manipulación emocional: cómo saber si me manipulan

  • Foto del escritor: Georgina Burgos
    Georgina Burgos
  • hace 3 días
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: hace 3 horas

¿Qué es la manipulación psicológica o emocional?


La manipulación psicológica o emocional consiste en utilizar una serie de tácticas con el fin de influir en el pensamiento, las emociones y la conducta de otras personas; la mayor parte de las ocasiones de manera encubierta y, por tanto, sin que las personas manipuladas se den cuenta de ello, al menos fácilmente.


Por supuesto estas tácticas están encaminadas a beneficiar a quien manipula.


Hay veces en que la manipulación se realiza de forma plenamente consciente y premeditada; otras, en cambio, puede ser por falta de habilidades personales o por un aprendizaje en el entorno familiar sin uno mismo ser consciente de ello.



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Si te has preguntado alguna vez,

cómo saber si me manipulan,

continúa leyendo:

saber es poder



3 tácticas comunes de manipulación:

cómo saber si me manipulan


Hoy quiero hablarte de tres tácticas frecuentes en las dinámicas de manipulación:


  • Gaslighting

  • Proyección

  • Refuerzo intermitente


porque reconocer la manipulación emocional, ayuda a recuperar la claridad mental, la confianza en uno mismo y a establecer límites más saludables.


Táctica 1: Gaslighting o luz de gas


En el gaslighting, la persona que manipula te hace dudar -con sus argumentos, palabras y gestos- de tus recuerdos y tu memoria, de tu percepción de la realidad e incluso de tu propio juicio.


Esta táctica genera confusión y crea dependencia, además de una distorsión de tu realidad mientras te hace dudar de ti mismo, de tus recuerdos y de tu propio criterio.


Puede aparecer en frases como:


  • "Nunca dije eso, te lo estás inventando"

  • "Exageras. No fue así"

  • "Cambias tus argumentos según te conviene"


Sin embargo, tienes el convencimiento de que no fue como quieren hacerte creer. O incluso pruebas que lo demuestran como un mensaje de WhatsApp.


Con el gaslighting se niegan hechos evidentes, se minimizan las emociones, se reescriben eventos... en favor de la persona que manipula.


Se puede combinar con otras estrategias de manipulación emocional para potenciar el efecto, como la inducción de culpa: "Si te grito, es porque me provocaste". Simplemente, compartías una opinión genuina, tu perspectiva de la situación o querías aclarar un malentendido.


A veces la memoria nos falla y los recuerdos pueden modificarse; por eso, es importante considerar si esta táctica ocurre de forma excepcional o forma parte de un patrón en la relación.


Táctica 2: Proyección


En la proyección, la persona que manipula te acusa de algo que en realidad le pertenece. Te acusa de sus propias conductas e intenciones negativas, de sus errores y sus emociones, sus inseguridades y sus propios pensamientos.


Es un mecanismo de defensa ante la incomodidad de reconocer lo que contradice la imagen positiva que la persona manipuladora tiene de sí misma.


Puede aparecer en frases como:


  • "Pretendes controlarme"

  • "Me estás manipulando"

  • "Mientes"

  • "Vaya, estás celoso..."


Sin embargo, ni se te había pasado por la cabeza.


Con la proyección, se evita asumir responsabilidad en el conflicto, se mantiene una imagen positiva de uno mismo y se le carga la culpa al otro. Esto suele ser percibido como una ventaja por parte de quien manipula, el acusado es quien ha de reparar el daño.


Cuando alguien proyecta en ti, es posible que acabes disculpándote y te sientas culpable por algo que no has hecho, ni has sentido o ni siquiera has pensado, pero la persona que te manipula seguramente sí.


Táctica 3: Refuerzo intermitente


En el refuerzo intermitente, la persona que manipula alternará periodos de cariño, atención y validación con otros de rechazo, distanciamiento, frialdad e indiferencia.


Ocurre de manera imprevisible e inconsistente para ti. La recompensa va llegando pero de manera incierta.


Provoca confusión y ansiedad, ya que rompe la sensación de estabilidad, seguridad y valía personal. Esperas y esperas hasta que llega tu nueva dosis. Y crees que la próxima vez funcionará. Sigues ahí, esperando, insistiendo, porque nunca sabes cuándo recibirás el premio de validación, de cariño, de aprobación o interés... pero alguna vez llega. Y eso es lo que te engancha.


El efecto del refuerzo intermitente es similar al de las máquinas tragaperras. De vez en cuando cae alguna moneda.


Con el tiempo, acabas por idealizar los pequeños gestos positivos y te conformas con poco (lamentablemente para tu autoestima, cada vez te conformarás con menos).


Puede aparecer en frases como:


  • "Sabes que soy así, desaparezco pero siempre vuelvo"

  • "Siempre quieres más de lo que puedo darte, y ya sabes que si me presionas, me alejo"


En las épocas cariñosas suena de otro modo:


  • "Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, no sé qué haría sin ti". (Ojo, este comentario también puede ser muy sincero. Por eso, a veces es tan complejo descifrar si verdaderamente hay manipulación o no).

  • "Lo siento, he estado muy ocupado... pero ni te imaginas lo que te he echado de menos"


Si te hartas de este trato intermitente y te distancias, seguramente recibirás un aluvión de atenciones para volver a atraerte, o reproches molestos: "Ahora que estoy cambiando, vas y te alejas".


De todos modos, puede ser que tu momento de alejamiento no llegue pronto, porque el refuerzo intermitente te atrapa y te empuja a seguir intentando conseguir la recompensa, te hace más tolerante a los comportamientos negativos de la persona manipuladora y sientes en lo más profundo de tu ser que es imposible romper ese vínculo, aunque algo te diga en tu razón que no va bien.


Para acabar considera que


Estas tácticas de manipulación son una forma dañina de relacionarse.


Pueden ocurrir en relaciones de pareja, en situaciones de conflicto interpersonal, en entornos laborales o familiares y, en general y con mayor gravedad, en relaciones tóxicas. Por ejemplo en la relación con una persona narcisista o en entornos familiares disfuncionales.


Sin embargo, determinar si es realmente manipulación o simplemente el modo peculiar y genuino de percibir la realidad de cada uno, puede no ser tan evidente. Por eso,


si te sientes en una relación

emocionalmente confusa,

y te preguntas:

cómo saber si me manipulan,

puede ayudarte a entender estas dinámicas




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