¿Te están manipulando sin que lo notes? Triangulación, desvalorización progresiva y halagos interesados
- Georgina Burgos - Psicóloga y Sexóloga

- hace 2 días
- 4 Min. de lectura
La manipulación no siempre es evidente, no suele ir acompañada de gritos ni amenazas -tácticas que son mucho más visibles-, sino que surge de gestos cotidianos que pueden percibirse como inocentes o sin doble intención, pero que en realidad van erosionando paulatinamente tu seguridad personal.

Por eso, para proteger tu autoestima es muy importante que reconozcas estas tres tácticas de manipulación emocional:
Triangulación
Desvalorización progresiva
Halagos interesados
¿Te están manipulando sin que lo notes?
Averígualo a continuación.
La triangulación: una táctica de manipulación emocional común
En la triangulación, la persona que te manipula introduce a una tercera persona -real o imaginaria, ya que puede inventársela- para compararte o presentarte su criterio como plenamente autorizado y así generarte inseguridad, sensación de estar compitiendo con otros o dependencia emocional. Porque sin duda te transmite que tu criterio vale menos.
Escucharás frases como:
Mi ex si sabía escucharme
Todos nuestros amigos piensan que eres poco sensible
Tus compañeros de trabajo consideran que te alteras fácilmente
El verdadero objetivo no es compartir una opinión para tu bien, sino para provocarte celos, sensación de insuficiencia o inadecuación y en todo caso desestabilizarte emocionalmente.
Tendrás miedo de perder la relación, dudarás de ti y tu valía, y empezarás a compararte y a esforzarte más para que la persona que te manipula pueda darse cuenta o reconocer tu valía y tus esfuerzos. Eso no pasará.
Es una señal de alerta que este tipo de expresiones aparezcan justamente cuando expresas tus propias necesidades o pones límites.
Qué te llevas de esta táctica: inseguridad y necesidad de aprobación.
La desvalorización progresiva: cuando la manipulación destruye la autoestima
En la desvalorización progresiva, la persona que te manipula va incluyendo la desvalorización gradualmente. Al inicio de la relación podía haber atención, admiración y afecto. Pero con el tiempo surgen comentarios de desvalorización, sutiles y poco evidentes -a diferencia del insulto- que van minando tu autoestima poco a poco.
Escucharás frases como:
Antes eras más amable, antes eras diferente...
No es para tanto, eso que has hecho es lo normal, que menos
A veces es el silencio indiferente cuando logras algo
O tus amigos no te dicen la verdad, solo yo soy honesto contigo
Como no ocurre de repente, te vas adaptando gracias a esa gradualidad. Al fin y al cabo acabas por acostumbrarte. Justificas la conducta y le quitas importancia a esos gestos de desvalorización, porque sin darte cuenta los vas normalizando.
Con el tiempo, tu imagen personal se distorsiona -a peor, claro-, y vas perdiendo la
confianza en ti, porque se trata de comentarios que te invalidan, minimizan o reducen tu valía.
Es una señal de alerta el hecho de que cada vez te sientes menos -o más pequeño- en esa relación.
Qué te llevas de esta táctica: dudas de tu criterio, tienes la sensación de no ser suficiente, baja autoestima.
Los halagos interesados: cuando el afecto se usa como control
Los halagos interesados tienen un fin de control, no surgen del amor genuino ni buscan conexión. La persona que te manipula busca conseguir que calles, que obedezcas, que perdones, que te sientas culpable, que estés disponible… y utiliza esta táctica para controlar o dirigir tu conducta en esas direcciones.
Escucharás frases como:
Eres muy especial para mí, no me hagas esto
Eres la única persona que me comprende, por eso deberías apoyarme
Eres diferente al resto, no me decepciones
Con todo lo que confío en ti...
Eres el mejor, sólo tú puedes conseguirlo...
La trampa del halago interesado es que si no complaces, sientes que estás fallando, que decepcionas al otro, porque el otro ya se encarga de hacértelo sentir.
Como el afecto se ha convertido en moneda de cambio, el afecto que recibes está relacionado con la satisfacción que le proporcionas (o espera recibir) la persona que te manipula. Si no lo haces, sentirás culpa. Por eso, te resultará difícil poner límites.
Es una señal de alerta el hecho de que el cariño, la atención y el afecto aparecen y desaparecen en función de tu comportamiento.
Qué te llevas de esta táctica: miedo a decepcionar, desgaste emocional, dificultad para poner límites, culpa al decir que no.
Para terminar
Las tácticas de manipulación no funcionan porque seas una persona débil o tonta, sino porque eres humana y empática, y porque afectan a necesidades afectivas básicas: ser querido, valorado y aceptado.
Tomar conciencia de estas dinámicas de manipulación emocional te ayudará a prevenir sus consecuencias.
Por eso, protégete:
Si sientes incomodidad emocional: confía en tus sensaciones, no las ignores ni minimices
Refuerza tu autoestima fuera de esa relación con dinámicas de manipulación
Toma conciencia de cómo te sientes tras estar con esa persona
Si necesitas ayuda, no dudes en buscar apoyo profesional
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