Miedo a volar en avión y el tratamiento con realidad virtual
El miedo es una emoción básica para la supervivencia. Ante un peligro real se activan las respuestas que favorecen el afrontamiento de una amenaza. No obstante, cuando este miedo se experimenta en una situación que no comporta una amenaza real, de forma desproporcionada y persistente, podemos estar ante un miedo fóbico.
Uno de estos miedos fóbicos es el miedo a volar en avión o aerofobia.
Los síntomas
El miedo a volar se manifiesta en los siguientes síntomas:
En la dimensión fisiológica se manifiesta con taquicardia, manos sudorosas, mareo, náuseas o vómitos, dolor en el pecho y alteración en el ritmo de la respiración entre otras afectaciones físicas características de la ansiedad.
En la esfera de lo cognitivo destaca la aparición de pensamientos catastrofistas e intrusivos, generalmente asociados a un accidente, a hacer el ridículo por los síntomas visibles o padecer un ataque de pánico y perder el control.
En la dimensión conductual se caracteriza por la evitación de la situación temida, y en no pocas ocasiones la posibilidad de hacer un viaje en avión queda excluida del repertorio vital de la persona.
Gran parte de estos síntomas no solo aparecen durante el vuelo sino que, debido a la ansiedad anticipatoria, la persona empieza a sufrir desde el momento en que prevé que deberá subir a un avión, sintiendo inquietud intensa y creciente conforme se acerca el día del vuelo y dificultades para conciliar el sueño.
Las personas que padecen esta fobia con intensidad moderada seguramente volarán con muchos nervios o con la ayuda de un ansiolítico. En el caso de un miedo fóbico grave la persona puede llegar incluso, si se ve obligada a coger un avión, a padecer un ataque de pánico.
El tratamiento eficaz
El tratamiento eficaz para las fobias incluye la exposición en vivo. Sin embargo, en el caso del miedo a volar, la exposición reiterada en vivo –es decir, a un vuelo en avión- puede encarecer en exceso el tratamiento psicológico y suponer un coste inviable.
En consecuencia, en este tipo de fobia es habitual utilizar la exposición en imaginación previamente a la exposición real. No obstante, el salto de una exposición a otra es grande y ello puede generar ansiedad a la persona que padece este miedo y favorecer el abandono del tratamiento.
Para acortar la distancia entre la exposición en imaginación y la exposición en vivo el apoyo de realidad virtual es una elección que proporciona un tratamiento
eficaz y con evidencia científica, efectivo porque se adapta a las necesidades de cada paciente, y que potencia el éxito terapéutico y disminuye la tasa de abandono con relación a los tratamientos tradicionales.
Es importante saber que…
En cuanto a la eficacia de los tratamientos para el miedo a volar, si bien muchas personas abordan su viaje con un ansiolítico, la evidencia científica indica que el tratamiento farmacológico no es el tratamiento de elección.
Los ansiolíticos disminuyen la respuesta fisiológica de ansiedad y por tanto la percepción desagradable de miedo intenso, pero no solucionan el problema a medio y largo plazo. Ante la perspectiva de tener que coger de nuevo un avión la persona volverá a experimentar un miedo intenso, tanto de forma anticipatoria como en el momento del vuelo.
Por ello, cuando una persona se propone superar su miedo, es imprescindible que elija el tratamiento adecuado, tanto por su eficacia y su efectividad como por su coste y adherencia.
Apoyo de realidad virtual en el tratamiento psicológico
El tratamiento con realidad virtual permite crear un entorno de inmersión donde la persona podrá, de forma gradual, entrenar el afrontamiento a su miedo en diferentes situaciones relacionadas con un vuelo aéreo:
en casa antes de salir hacia el aeropuerto
en un taxi de camino
a la espera en la sala de embarque
sentado en el avión durante el despegue, el vuelo y el aterrizaje.
La inmersión en realidad virtual permite controlar factores que no pueden controlarse durante un vuelo real, como las inclemencias del tiempo y la intensidad de las turbulencias, los comentarios de otros pasajeros acerca de sus preocupaciones, la exposición interoceptiva a una taquicardia o hiperventilación, el sonido del ding cuando nos avisan de que pasa algo o es el momento de abrocharse el cinturón.
La variedad de oportunidades, situaciones y estímulos facilita la versatilidad del diseño de la jerarquía de exposición y, con ello, la mayor adaptación a las necesidades del cliente.
Las etapas del tratamiento:
En las primeras sesiones de terapia se realizará:
una evaluación del problema
la jerarquía de exposición
el entrenamiento en relajación y respiración controlada, dos estrategias de afrontamiento del miedo y la ansiedad.
En la segunda etapa, se llevará a cabo la exposición virtual siguiendo la jerarquía de exposición pactada con el cliente. En primer lugar se procederá a la exposición virtual en consulta que, a su vez, facilitará la exposición en imaginación que el cliente realizará entre sesiones.
Durante la exposición virtual se registrará con un biosensor la conductancia de la piel, un parámetro fisiológico que muestra la evolución de los niveles de ansiedad durante la exposición, permitiendo controlar la evolución de la misma y la habituación de la persona a las situaciones temidas.
En la tercera etapa, se llevará a cabo la exposición en vivo en un vuelo real en avión. Para este momento, la persona habrá practicado los recursos de afrontamiento como la relajación, la valoración de creencias erróneas, el entrenamiento en autoinstrucciones, la reestructuración cognitiva…, y habrá experimentado un proceso de habituación gradual, lo que le permitirá reducir sus niveles de ansiedad y aumentar su percepción de autoeficacia durante el vuelo y en los momentos previos.
Finalmente, se realizará una sesión para la prevención de recaídas y un seguimiento a los tres, seis y doce meses desde la finalización del tratamiento.
Para no recaer, la mejor manera de conseguirlo es seguir volando en avión con periodicidad y aplicar las estrategias de afrontamiento que se han aprendido.
Es importante saber que…
Si bien la exposición en vivo es necesaria para superar la fobia, realizarla en un marco de exposición inadecuado puede generar el efecto contrario al deseado: un aumento del miedo y de la ansiedad, favoreciendo la evitación.
La evitación y la recompensa de evitar las sensaciones desagradables del miedo son dos factores clave para el mantenimiento de la fobia.
Los entornos virtuales para la jerarquía de exposición
Como se apuntaba antes, el entorno dispone de cuatro ambientes virtuales en los que el terapeuta junto al paciente podrán escoger el grado de dificultad.
Los cuatro ambientes virtuales son los siguientes:
1. Estás en casa, quizás escuchando las noticias, antes de salir hacia el aeropuerto. Tus maletas te esperan cerca de la puerta.
Este es un entono ideal para el tratamiento de la ansiedad anticipatoria, gracias a la práctica de la relajación, el control de la respiración y la reestructuración cognitiva entre los recursos de afrontamiento que puedes entrenar en este ambiente.
2. Vas en taxi hacia el aeropuerto, miras por la ventanilla del coche, escuchas las noticias, quizás llueve o hay tormenta y, cuando estás a punto de llegar, a lo lejos contemplas cómo despegan los aviones.
Sabes que el momento de mayor tensión se acerca.
El ambiente virtual: de camino al aeropuerto
3. A la espera, en la sala de embarque, puedes observar la pista de aterrizaje con sus aviones y el tiempo que hace, de pie, ante el gran ventanal que te muestra el exterior. O puedes esperar sentado junto a otros pasajeros, consultar el panel de vuelos y esperar la llamada de embarque practicando las estrategias de afrontamiento que estás entrenando.
Sin duda, la espera es un momento difícil que deja mucho tiempo para pensar.
4. Ya estás en el interior del avión, en tu asiento, quizás cerca de la ventana o en un asiento de pasillo… El vuelo está a punto de empezar.
Este entorno recrea la entrada en pista y las instrucciones de la azafata, el despegue, el vuelo con sus imprevistos, y el aterrizaje. Durante el vuelo puede llover o hacer sol, quizás pasarás por una zona de turbulencias y escucharás ese ding o señal acústica que te avisa de que pasa algo y te sobresalta.
En general, el vuelo en sí y lo que comporta son las situaciones que producen más ansiedad; y las turbulencias son uno de los momentos críticos en que aparecen pensamientos catastróficos relacionados con la posibilidad de sufrir un accidente mortal, se intensifica el miedo a parecer excesivamente nervioso o a perder el control, gritar, vomitar...
Una auténtica pesadilla.
El ambiente virtual: en el avión
Para terminar, un caso de éxito terapéutico
Sin duda se puede volar con miedo, pero manejar esta emoción y disfrutar de tu viaje es un objetivo que puedes lograr con el tratamiento adecuado.
Superar la fobia a volar en avión es posible
Bibliografía
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